El molino de los Uberraga
"Vi después cuatro ángeles de pie sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra. Sujetaba a los cuatro vientos, impidiendo que soplara viento alguno sobre la tierra, sobre el mar o sobre los árboles." Apocalipsis 7:1 Los esqueléticos brazos desnudos sostenían jirones harapientos del velamen de lo que otrora fuera la tensa lisura amarillenta de las aspas del molino de los Uberraga. Despojados, ahora dejaban ver un cielo estático como el óleo de un cuadro mediocre, a través de la grilla carcomida que ya nadie se encargaba de reparar. El último giro de todas las ruedas de la comarca se detuvo al mismo tiempo, cuando en aquel mediodía, el viento se cansó de soplar. Junto con ellas, se inmovilizaron otros ingenios; en principio, sus primos, los molinos de agu...